15 junio 2010

XII VOLTA A VALDEORRAS.

( Por J.A.)

Salida temprano, 6:45h, para llegar con el tiempo suficiente para recoger los dorsales, montar las bicis y prepararnos para la salida. Aún así solamente Pescas(!) y yo conseguimos salir con el grupo, los demás, Suso, Samu y Miguel salen unos minutos más tarde y enlazan a los pocos minutos. Los primeros 40 Km. son neutralizados, en terreno favorable, la media aún así sube hasta los 33 Km/h y sin apenas esfuerzo hasta justo antes de subir la Moa.
La verdad es que a mi me cogió un poco frío la ascensión, me parece que el puerto está demasiado lejos de meta, creo que hubiese sido más bonito subirlo con las fuerzas un poco más justas. Bueno, empieza el ascenso y ya cada uno a su ritmo, no es un puerto para ir haciendo la goma o forzar al inicio, por lo que nada más empezar a subir Suso, primero en hacer cima, se va con Pescas, Miguel y yo nos quedamos por detrás y Samu bastante tiene con mover el desarrollo de su bici, todos mis respetos, y se queda más atrás. El puerto es precioso, 8,30 Km. a una media de 8,5%, lo cual es una auténtica barbaridad, lo peor es que salvo en un pequeño descanso al inicio el resto de la subida es de apretar los dientes, en mi caso a 11Km/h durante mucho tiempo, sin embargo creo que pequé de prudente, ya que no lo conocía, e incluso dejé que Miguel me sacase unos 50m, porque tenía miedo de pasarme de vueltas, al final cuando vi que solo quedaban 500m me di un buen apretón y cogí su rueda para bajar juntos, ahí me di cuenta de que podía haber forzado algo más. Pescas y Suso rondaron los 40min., Miguel y yo los 42 y Samu algo más.
Desde que se corona el puerto ya no hay más que un pequeño puerto de 5Km que se sube a ritmo bastante alto, con lo que ya solo quedaba hacer grupo y tirar. Lo de tirar fue lo nuestro, Miguel y yo a relevos durante 40Km tirando de un pelotón que empezó siendo un ciclista y al final éramos unos 30. En este tiempo a uno le da para reflexionar si viene a entrenar a competir o a disfrutar. Cuando Miguel y yo coronamos y paramos en el avituallamiento nos adelantaron infinidad de ciclistas, con lo que cuando empezamos a bajar fuimos recogiendo ciclistas menos fuertes que se ponían a rueda y bastante hacían, bueno, pues así hasta meta. Yo me lo tomé como un entrenamiento que me vino de maravilla de cara al TREO, pero es un poco desesperante si de verdad quieres hacer un buen tiempo, dejar ir al grupo con el que te sentirías más cómodo y ver que en el que vas nadie releva. Incluso paramos en el segundo avituallamiento, y nos pasó otro pelotón, así que cuando arranqué hice el último Km. del último puerto en plato, para cogerlos, al final lo pagué, porque me daban calambres los cuadriceps.
Conclusión, mejor llevar provisiones y no parar salvo que no quede más remedio.

En lo que respecta a la organización, todo fenomenal, muy bien organizado. Solo una cosa a mejorar: que la comida fuese de pie, la verdad es que después del esfuerzo apetece sentarse a comer relajadamente.

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